China Contraataca a las Sanciones de EE. UU. con Restricciones de Minerales Estratégicos

En un nuevo capítulo de la creciente tensión entre China y Estados Unidos, el gobierno chino ha anunciado la prohibición de exportación de minerales críticos como galio, germanio y antimonio hacia territorio estadounidense. Esta medida es una respuesta directa al paquete de sanciones más reciente de EE. UU., que incluyó a 140 empresas chinas en su lista negra, la mayoría relacionadas con la producción de equipos avanzados para fabricar semiconductores. El impacto de esta decisión se siente especialmente en las cadenas de suministro globales, ya que China lidera la producción mundial de estos minerales estratégicos.

Según analistas de la industria, el galio y el germanio son fundamentales para la fabricación de semiconductores avanzados, mientras que el antimonio tiene aplicaciones tanto industriales como militares. Actualmente, China produce el 98.8% del galio, el 59.2% del germanio y el 48% del antimonio, cifras que ilustran su control sobre estos mercados. La medida también incluye materiales ultraduros utilizados en tecnologías sensibles, una clara señal de la intención del gobierno de Xi Jinping de proteger sus intereses estratégicos frente a las restricciones impuestas por Washington.

El golpe no termina aquí. Si la tensión sigue escalando, China podría ampliar las restricciones a otros minerales, como el níquel y el cobalto, esenciales para la fabricación de baterías y otros dispositivos electrónicos. Esta posibilidad preocupa a la Casa Blanca, ya que la única mina de níquel en EE. UU. podría agotarse en 2028, lo que aumentaría la dependencia de fuentes externas. En este contexto, un portavoz del gobierno estadounidense aseguró que están evaluando las medidas chinas y que responderán de manera acorde.

Este cruce de restricciones ha desatado una “guerra comercial sin ganadores”, según expertos como Peter Arkell, presidente de la Asociación Global de Minería de China. Las acciones de ambos países no solo afectan sus economías, sino que también agravan las dificultades de acceso a materias primas en Occidente. En un entorno global cada vez más competitivo, las restricciones de China refuerzan su postura como jugador clave en la industria tecnológica, mientras EE. UU. busca alternativas para reducir su dependencia de proveedores chinos.

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